jueves, 24 de noviembre de 2011

Libro: Fausto



Dios, molesto con Fausto por sus deseos de saber todos los secretos de la creación y el tratar de igualarse a él, apuesta con Mefistófeles, el Diablo, a provocar que fausto caiga en la tentación y el pecado. Fausto vende su alma a Mefistófeles, a cambio de viajar por remotos lugares. En el camino Fausto se enamora de Margarita. Fausto desea desea saber más sobre Margarita, conocerlo todo. Pero Fausto al ser tan ambicioso arrastra a la desgracia a la vida de Margarita. Finalmente Margarita, tienen que pagar los errores que cometió fausto con su muerte.

En mi opinión, el libro es muy interesante y tiene una historia muy atrapante. Aunque también su lectura es difícil, debido a su vocabulario y a la complicada estructuración de su lenguaje,y no del todo entretenida en algunos puntos. Es de difícil interpretación, pues algunas veces no sabes muy bien a que quiere referirse el autor, de todas formas es justificable por el momento histórico en que se desarrolla la vida de Goethe. Lo que a mi me ayudó a poder interpretar mejor el texto fueron los cantos que se desarrollaron en la obra, como por ejemplo:


Mefistófeles:


"¡Racimos lleva la vid!

  Cuernos de macho cabrío;

  leña es la cepa y jugoso

  luego nos resulta el vino;

  de suerte, pues, que esta mesa

  también puede dar mostillo

 ¡Ahondad en Naturaleza!

 ¡Y creed en el prodigio!

 ¡Quitas los tapones y disfrutad!"


Los Animales:


"Si suerte tenemos

  y todo concuerda,

  tendremos ideas"


Coros:


"Traiga la escoba, traiga el bastón;

 Traiga la horquilla, traiga el cabrón;

 Quien no se pueda hoy remontar,

 Hombre perdido se ha de juzgar"

Autor: Johann Wolfgang von Goethe

Nació en Fráncfort del Meno (Frankfurt am Main), hijo de Johann Caspar Goethe, un abogado y consejero imperial que se retiró de la vida pública y educó a sus hijos él mismo, bajo la máxima de no perder el tiempo en lo más mínimo, y de Katharina Elisabeth Textor, hija de un antiguo burgomaestre de Fráncfort. Estas vinculaciones familiares le pusieron en contacto desde el principio con el patriciado urbano y la vida política.
De inteligencia superdotada, y provisto de una enorme y enfermiza curiosidad, hizo prácticamente de todo y llegó a acumular una omnímoda o completa cultura. Primeramente estudió lenguas, aunque sus inclinaciones iban por el arte y nunca, a lo largo de toda su vida, dejó de cultivar el dibujo; al tiempo que escribía sus primeros poemas, se interesó por otras ramas del conocimiento como la geología, la química y la medicina.
Goethe estudió Derecho en Leipzig (1765); allí conoció los escritos de Winckelmann sobre arte y cultura griegas, pero una grave enfermedad le obligó a dejar los estudios en 1768 y volver a Fráncfort; Katharina von Klettenberg, amiga de su madre, le cuidó y le introdujo en el misticismo pietista, que ponía su énfasis en el sentimiento dentro de la confesión protestante; por entonces compuso sus primeros poemas. Retomó los estudios en 1770 enEstrasburgo y los concluyó al año siguiente; esos dos años allí fueron muy importantes para él: conoció a Friederike Brion, que le inspiró la mayoría de sus personajes femeninos, y trabó amistad con el teólogo y teórico del arte y la literatura Johann Gottfried von Herder. Herder le introdujo en la poesía popular alemana, le descubrió el universo de Shakespeare y le liberó definitivamente del Neoclasicismo francés y de la confianza en la razón de la Aufklärung alemana.
De vuelta de nuevo a Fráncfort, escribió la tragedia Götz von Berlichingen (1773) y al año siguiente su novela Las cuitas del joven Werther(1774) y colaboró con Herder en la redacción del manifiesto del movimiento Sturm und Drang («Tempestad e ímpetu»), considerado el preludio del Romanticismo en Alemania: Sobre el estilo y el arte alemán (1772). En esta obra se reivindica la poesía de James MacPherson(Ossian) y de Shakespeare.
La inspiración del Werther la encontró a mediados de 1772 cuando, mientras era practicante como abogado en el tribunal de Wetzlar, se enamoró de Charlotte Buff, la novia y prometida de su colega, por esa época también jurista practicante, Johann Christian Kestner. Concomitantemente, un joven jurista atormentado por un amor no correspondido se suicidó utilizando una pistola prestada por Kestner. Estos dramáticos hechos hicieron que Goethe abandonara finalmente Wetzlar e inspiraron en 1774 la composición de la novela, en parteepistolar. Las desventuras del joven Werther tuvo un éxito tan grande y representó tan bien en la figura del protagonista el desencanto de las jóvenes generaciones que suscitó una epidemia de suicidios adolescentes en el país.
En la primavera de 1775 Goethe se comprometió con la hija de un banquero de Fráncfort, Lili Schönemann, compromiso que debido a incompatibilidades sociales y de estilo de vida de las respectivas familias no llegó a concretarse en matrimonio. Este noviazgo terminó en el otoño de ese mismo año.
En 1774 publicó el drama Clavijo y en 1775 Stella. Mientras, intentaba abrir con poca fortuna en Fráncfort un bufete de abogado, y como además había roto su compromiso de matrimonio con Lili Schömemann, no dudó en 1775 en aceptar la invitación a la Corte de Weimar de Carlos-Augusto, heredero del ducado de Sajonia-Weimar, y marchó hacia allá prácticamente huyendo de las dos cosas, de la abogacía y del compromiso sentimental.
Entró al servicio del príncipe heredero Carlos Augusto y fijó su residencia en Weimar ya hasta su muerte. Las tareas que éste le encomienda le hacen abandonar prácticamente la literatura durante casi diez años. Allí Anna Amalia, madre de Carlos Augusto, que había empezado a crear un círculo de intelectuales con el preceptor de su hijo, Wieland, lo amplió al incluir en él a Goethe y posteriormente Herder y Friedrich von Schiller; fugazmente pasaron también por allí Jakob Michael Reinhold Lenz y Friedrich Maximilian Klinger. Goethe pasa de ser consejero secreto de legación (1776) a consejero secreto (1779) y finalmente se convierte en una especie de ministro supremo.
Inicia en esa época sus investigaciones científicas. Interesado por la óptica, concibió una teoría distinta a la de Isaac Newton sobre los colores y también investigó en geologíaquímica yosteología, disciplina esta última en que descubrió el hueso intermaxilar en marzo de 1784, que pone una de las primeras piedras en la teoría de la evolución del hombre, aunque en esto se le adelantó por muy poco un anatomista francés, lo que le supuso una gran frustración. Las cartas aCharlotte von Stein dan fe de esta época de su vida, envuelta en todo tipo de encargos y gestiones para reformar el muy pequeño y humilde estado de Weimar.
Desde un puesto tan importante tuvo la oportunidad de relacionarse con la alta aristocracia y conoció a personajes notables, como Napoleón BonaparteLudwig van BeethovenFriedrich von Schiller y Arthur Schopenhauer. En 1782 fue añadida la partícula von a su apellido por el mismo Duque Carlos Augusto pese a las protestas de la nobleza, para formar parte de la Corte con un cargo equiparable al de los restantes ministros, pertenecientes todos a ella.
Ingresó en la Masonería el 11 de febrero de 1783, aunque según el escritor masónico Lorenzo Frau Abrines,1 la fecha de su ingreso es anterior, el 23 de junio de 1780, dentro de la efímera logia Amalia, que abatió columnas dos años después. En 1830, dos años antes de su muerte, Goethe compuso un poema titulado Para la fiesta de San Juan de 1830, en ocasión de celebrarse su cincuentenario como miembro de la masonería. A su condición de masón y a su paso por la Masonería, así como a otras aficiones que al parecer cultivó, se atribuye influencia en su obra, especialmente en Fausto.
Así fue en efecto, en lo referido al movimiento conocido como titanismo, uno de cuyos más preclaros representantes fue Giacomo Leopardi. Merced a Goethe, Weimar se convirtió en el auténtico centro cultural de Alemania; allí compuso poemas inspirados por Charlotte von Stein y empezó la redacción de sus obras más ambiciosas, como sus dramas Ifigenia en Táuride (1787)Egmont y Fausto, que luego revisaría a fondo tras la profunda impresión que recibió en su trascendental viaje a Italia (1786–1788), que cambió su desequilibrada estética romántica por el equilibrio clásico. Empezó en Venecia, donde compuso sus Epigramas venecianos, y terminó en Roma, donde estudió la cultura grecolatina a fondo; de esta época son sus Elegías romanas. El viaje a Italia supone el comienzo de su periodo clásico.
Sin embargo, a su regreso a Weimar en 1788 se encuentra una gran oposición a su nueva estética; es más, se forma un cierto escándalo cuando llega a divulgarse que desde ese mismo año vive amancebado con una jovencita, Christiane Vulpius (1765–1816), que le dio al año siguiente un hijo, Julius August Walther von Goethe (1789–1830); cuatro abortos sucesivos posteriores inducen a creer que entre ambos había incompatibilidad de grupos sanguíneos, en aquella época desconocida. Goethe legitimó a su único hijo en 1800.
No abandonó completamente su pretensión de labrarse una carrera científica. En Zur Farbenlehre,1810, intentó refutar con poca fortuna la teoría de los colores de Newton. En el primer volumen de esta obra se halla la que es sin duda la primera historia comprensiva de la ciencia.
Dirigió el Teatro ducal entre 1791 y 1813 y con motivo de este cargo conoció en 1794 al dramaturgo Friedrich von Schiller, con el que sostuvo una luenga amistad y cierta correspondencia epistolar hasta la muerte de éste en 1805. Schiller publicó las hasta entonces inéditas Elegías romanas de Goethe en su periódico, Las Horas, en 1795. También imprimió la novela Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister (1796) y la novela en verso Hermann y Dorothea (1798). Schiller incitó a Goethe a que prosiguiera en la gran obra de su vida, el Fausto, poema que no paraba de corregir y ampliar y cuya primera versión apareció en 1808. Desde dos años antes se hallaba ya casado con Christiane Vulpius, quizá para acallar a quienes criticaban su estilo de vida. El hecho más importante quizá de esta época de su vida es su entrevista en Erfurt con Napoleón I en 1808, cuando el ejército francés ocupaba parte del territorio prusiano en el marco de las guerras Napoleónicas.
La Revolución francesa supuso para Goethe un gran trastorno; algunos de sus epigramas venecianos ya tratan este tema, pero como su pensamiento se hallaba por completo imbuido del equilibrio y armonía del clasicismo y veía el ser como una totalidad orgánica a partir de la filosofía de Kant, el desarrollo de la revolución y el cambio provocado por la violencia le parecían una atrocidad. Eso se plasmó en algunas obras de entonces, como la colección de novelitas breves Conversaciones de emigrados alemanes (1795), la obra épica Germán y Dorotea(1797) y la tragedia La hija natural (1799 y ss.). Algo después aparecen las novelas de madurez: Las afinidades electivas (1809) y Los años de peregrinaje de Wilhelm Meister (1821, revisado en 1829), así como un diario de su viaje por Italia, Viajes italianos (1816), su autobiografíaPoesía y verdad en varias entregas (1811–1833) y un poemario, Diván de Oriente y Occidente (1819), donde se deja sentir algo el influjo de la poesía oriental. Goethe murió en Weimar el 22 de marzo de 1832. La versión final de su gran poema coral Fausto apareció póstuma ese mismo año.
En cuanto a su carrera literaria, Goethe la inició en el seno de un exasperado Romanticismo deudor del Sturm und Drang, cuya obra más representativa se encargó de escribir él mismo: Las cuitas del joven Werther. El viaje a Roma supuso para él ir arrinconando esa estética en una evolución que le hizo al cabo renegar del Romanticismo e identificarse con el equilibro clásico grecolatino, lo que puso fin a su tormentosa vida interior. Fue esa la revelación del Clasicismo, verdadera raíz con la que podía identificarse la cultura alemana. «Ahora comprendo el sentido del mármol», escribirá en una de sus Elegías romanas.
De ese viaje por Italia son fruto también los Epigramas venecianos, entre los cuales hay algunas meditaciones profundas sobre la contemporánea Revolución francesa o el significado de la vida y de la cultura. La postura política de Goethe es sin embargo conservadora: «prefiero la injusticia al desorden», escribirá. Eso le supuso algunos recelos por parte de otros artistas a los que no les importaba en lo más mínimo no acordarse con su contexto social, como por ejemplo Beethoven. En las dos versiones de su complejo y grandioso Fausto se encuentra el último mito que fue capaz de engendrar la cultura europea, el de cómo la grandeza intelectual y la sed omnímoda de saber pueden, sin embargo, engendrar la miseria moral y espiritual. Por otra parte, en la lectura y estudio de Spinoza encuentra también un consuelo al desequilibrio romántico que le embargaba, como cuenta en Poesía y verdad, donde se extiende en comentar especialmente su frase de que «quien bien ama a Dios, no debe exigir que Dios le ame a él».
Goethe disfrutó ya en vida de fama, respeto, prestigio y admiración. Delacroix le retrató en una litografía en 1827, aparte de ilustrar Fausto yGötz von Berlichingen. Por ello, fueron muchos los jóvenes de su época que quisieron conocerlo en persona o, cual se suele pedantescamente decir: vera effigies. Por otra parte, su secretario, Eckermann, anotaba cuidadosamente sus conversaciones con el maestro a lo largo de los años y escribió unas Conversaciones con Goethe, donde aparecen reflejadas las opiniones que en sus últimos años sostuvo sobre esas visitas y también sobre todo lo divino y lo humano.



Personajes

Valentín: Este es el personaje que a mi más gustó, aunque no tiene mucho tiempo en la obra, Valentín, que era el hermano de Margarita, desconfía de Fausto y trata de defender a su hermana, pero falla, ya que no puede vencer a Mefistófeles, y muere.

Mefistófeles: Otro de mis personajes favoritos, ya que su cometido era engañar a Fausto para que le de su alma y poder ganar la apuesta que había hecho con dios, y lo logra, ofreciéndole a Fausto lo que mas deseaba, que era poder conocer todos los saberes y misterios del universo. 


Fausto: Este fue el personaje que menos me gustó, ya que solo le interesa obtener todos los saberes, y poder conseguir todo sencillamente para sus propios beneficios. Además condena a Margarita a tener una vida desgraciada y morir en prisión.



Margarita: Ella era joven que se enamoró de Fausto, y a partir de ese momento la vida de Margarita pasa a ser una desgracia, ya que su madre muere y ella va a prisión por haber asesinado al hijo que tuvo con Fausto. Ella muere en los brazos de Fausto en prisión.

Marta: Ella era la vecina y amiga de Margarita, no tiene mucha participación el la obra, cuando aparece en escena es solo para hablar y ayudar a Margarita.

Relación entre los personajes

Fausto y Mefistófeles              

Mefistófeles representa para Fausto una vuelta a la juventud, le ofrece demostrarle que aún quedan misterios del mundo que desconoce y le devuelve la pasión que lo movía antes de ser el sabio que es al inicio de la obra. Si bien Fausto confía en que podrá dominar a Mefistófeles y manipularlo, la situación termina dándose de manera distinta, es Mefistófeles quien conduce a Fausto según su gusto para que éste confíe plenamente en él.

Fausto y Margarita

Fausto vive su amor por Margarita como un amor adolescente. La pasión que lo atrapa lo mueven a acercarse a esta niña que queda cautivada por él y su forma expresiva. Aún cuando Fausto intenta protegerla, la magia de Mefistófeles consigue quebrantar la paz en la vida de Margarita, lo que desencadena en una locura. Luego descubrimos el encarcelamiento de Margarita y el motivo de su encierro, que fue asesinar al hijo que tuvo con Fausto. 

Vídeo sobre Fausto

En este vídeo se muestra la obra de Fausto con marionetas, en este caso lo presenta el artista Emmanuel Márquez:


Final Del Libro

El libro concluye, cuando Fausto intenta rescatar a Margarita de prisión con la ayuda de Mefistófeles, pero Margarita se niega a irse con Fausto, y luego ella muere en sus brazos. Después de eso Fausto se va de la prisión junto con Mefistófeles.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Conclusión






¿VENDERÍAS TU ALMA?

Fausto es un hombre que habiendo alcanzado toda la sabiduría que está a su alcance, descubre que eso le no basta, que un profundo dolor consume su alma, y ello le lleva a entregarse a engaños, a ciencias oscuras, al mismísimo diablo, en busca de llenar vacíos que lo consumen por dentro. Leer Fausto es buscar en las profundidades del alma, de los deseos de eternidad basados en la arrogancia del hombre, pero todo tiene un precio demasiado alto. Para mí, desde el principio de la obra, a lo que aspira es a la perfección absoluta, inalcanzable para el ser humano, la que conduce a Fausto a este viaje a los infiernos. Es este un libro que hay que leer con calma, sin prisas del mismo modo que lo escribió Goethe, para poder disfrutarlo como se merece.